Hábitat Transitorio Digno: Un nuevo estándar en la vivienda de emergencia
Por Claudia Galaz
Más de veinte mil personas damnificadas y poco más de once mil viviendas fueron dañadas por los sismos de magnitud 8,2 y 7,9 Mw ocurridos los días 1 y 2 de abril de 2014, afectando a las regiones de Arica y Tarapacá. Tan sólo dos semanas antes, cien mil personas de la ciudad de Iquique fueron evacuadas por una alerta de tsunami debido a un sismo 6,7 Mw, parte de un “enjambre” de más de cuatrocientos movimientos ocurridos en la zona norte del país antes del terremoto del 1 de abril[1]. Esta seguidilla de sismos, causó alerta y preocupación tanto en la ciudadanía, como en las nuevas autoridades nacionales y regionales, así es!, los intendentes, directores de servicios, jefaturas, etc., habían recién asumido o estaban en proceso de, cuando este terremoto sobrevino.
Por otra parte, el último gran evento destructivo había sucedido hace cuatro años, del cual hubo aprendizajes, acuerdos, mejoras, protocolos… pero estas nuevas autoridades ¿los conocían?, ¿sabían cómo implementar esos protocolos?, ¿disponían de plataformas adecuadas?, seguramente no lo suficiente, de hecho en el plan de reconstrucción de la región de Tarapacá[2], se identifican “Debilidades institucionales”, relacionadas -entre otras- con: carencia de un sistema de respuesta local, desconocimiento de los procedimientos, sistemas de información poco desarrollados, escasa incidencia de los instrumentos de planificación en la gestión estratégica regional, problemas de coordinación interinstitucional y articulación público-privadas.
Así comenzaron las gestiones de respuesta, en que se movilizaron funcionarios públicos, y efectivos de las fuerzas armadas y de orden, se habilitaron albergues y campamentos, se realizaron los catastros, tanto social (ficha EFU-MDS), como técnico (Ficha Minvu) con el objetivo de identificar damnificados y viviendas dañadas, para poder asignar beneficios transitorios: bono de acogida, subsidio de arriendo, viviendas de emergencia en sitio propio y viviendas de emergencia en barrios (diseñados en los primeros días después de ocurrido el evento). Sin embargo, parte de la ciudadanía, desconcertada y con incertidumbre se tomó el espacio público habitando carpas y vehículos, como señal de desconfianza y presión.
Un mes y medio después del terremoto, en el discurso del 21 de mayo, la Presidenta de la República dijo: “La reconstrucción debe estar atravesada por dos grandes objetivos: el bienestar y la dignidad de nuestra gente”[3] iniciando un debate, por una parte ideológico y por otra, técnico-económico sobre ¿Qué es posible considerar digno en el hábitat transitorio post desastre?, ¿la clásica “Mediagua” es digna?, ¿Deben contar con servicios básicos?, ¿deben emplazarse en zonas integradas, accesibles, urbanizadas?, las viviendas de emergencia, ¿se construirán con voluntarios o será la oportunidad de profesionalizar el tema?, ¿Cómo se financia una solución digna?, etc.
Mientras tanto, el primer barrio de emergencia o “de transición” (BT) -como comenzaron a llamarse- ubicado en un terreno municipal de uso deportivo en la comuna de Alto Hospicio, comenzaba a construirse en base a la conocida “mediagua”, la cual fue completada con otra mediagua, y una posterior solución sanitaria individual, en búsqueda de mayor dignidad. A su vez, una alianza público-privada inédita se desarrollaba para construir un BT de alto estándar en la comuna de Iquique, llamado “El Mirador” que marcaría un hito en la gestión de emergencia en Chile. Ubicado en un terreno privado, facilitado por una empresa sanitaria, bien localizado, con viviendas donadas por una empresa minera, de 30 mt2. en 2 niveles, aislación térmica, solución sanitaria individual, patio privado, electricidad e iluminación pública, y obras de habilitación del terreno y espacios comunes ejecutadas por el Estado, muy por sobre el estándar referido en la única legislación sobre viviendas de emergencia existente en Chile[4].
El BT “El Mirador” acoge a 240 familias, provenientes de diferentes zonas residenciales de Iquique, propietarios y no propietarios, familias con solución habitacional definitiva en progreso y aquellos no hábiles para un subsidio de reconstrucción. En su mayoría, se apoderaron del espacio público y privado, invirtieron en ampliaciones, terminaciones y pequeños emprendimientos, probablemente, buscando la anhelada dignidad que les permitiera sobrellevar 3 o más años de transición.
No obstante, siendo un “Barrio modelo”, sus habitantes deben enfrentar diversas problemáticas. En un principio, su gestión y administración estuvo a cargo del equipo del Delegado Presidencial, luego estuvo a cargo de la Gobernación, que dispuso de profesionales en terreno hasta fines del año 2015, de ahí en adelante las problemáticas se profundizaron, relacionadas principalmente con factores de convivencia, privacidad, organización, gestión, violencia, tráfico, entre otros. Lo cual denota que queda mucho trabajo por realizar, sobretodo documentar las experiencias, los aciertos, errores y aprendizajes, con el objetivo de establecer un “modelo permanente” de diseño, gestión y cierre, con un enfoque social y técnico, transversal y articulado con todos los actores del ámbito público, privado y la comunidad.
A partir de este evento, la vivienda de emergencia tiene un nuevo estándar[5], no sólo desde lo material, sino que en la consciencia colectiva. Los ciudadanos no estarían dispuestos a volver atrás, de hecho, cada vez son más empoderados y exigentes en cuanto a la calidad, celeridad y pertinencia; después de todo, son los habitantes quienes mejor pueden pensar “la dignidad habitacional” transitoria o no.
[1] Reportaje BBC Mundo, disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/03/140328_america_latina_chile_temblores_aa
[2] Plan de Reconstrucción de Tarapacá, disponible en: http://www.interior.gob.cl/media/2014/10/1.-plan-de-reconstruccion-tarapaca.pdf
[3] Mensaje presidencial, Michelle Bachelet del 21 de mayo de 2014, disponible en: http://21demayo.gob.cl/2014/
[4] DL-2552 del 23.02.1979 que -entre otros- define las “viviendas de emergencia” y señala competencia de la oficina Nacional de emergencia del Ministerio del interior.
[5] http://www.onemi.cl/viviendas-de-emergencia/