#Encasa: Repensando el hábitat residencial en tiempos de crisis La crisis como solución y la solución como ¿el renacer del capital?

Por Carla Filipe

Los procesos de crisis han estado asociados con luchas geopolíticas de gobernanza de los grandes monopolios como EUA por dominar la economía mundial, generando un estado global latente de shock a través de una amenaza construida bajo la parcería del poder de las grandes empresas.

La actual crisis pone en evidencia las debilidades del sistema político-económico en el ámbito de la política urbana (y con fuertes evidencias en el sector de salud actual y en la política fiscal), y en cómo esta se ha ido manejando de forma sectorial, sirviendo a los intereses de determinados monopolios como es el sector inmobiliario y de la construcción (y que han sido determinantes en el financiamiento de las campañas políticas). Esta actualidad ha sido gestionada desde el marco de la doctrina del libre mercado y las distintas posturas desarrollistas promulgadas desde EUA que llevaron al máximo experimento neoliberal en América Latina (como la reserva de explotación humana y material) con el caso de Chile (1970), y que encontraron en la infraestructura urbana y en particular en la construcción de vivienda masiva, el propulsor del ensanchamiento del mercado privado como una de las estrategias de acumulación y reestructuración del capital.

Este modelo, extensivo a México, se materializó en una expansión desmedida de las zonas periféricas de las ciudades, sobre todo en ciudades medias, a través del fácil acceso al crédito. Esto produjo un crecimiento de baja densidad en dispersión, consumiendo áreas de suelo agrícola importantes para la producción agropecuaria, sobrepasando la tasa de crecimiento de la población y un aumento del déficit de esta. A su vez, ese crecimiento se estableció bajo el discurso ideológico progresista del derecho a la vivienda como un derecho constitucional y de la posibilidad de todo ciudadano tener un bien como patrimonio familiar. Así es como hay que repensar el concepto de hábitat, ya que el mismo no es neutral y trae toda una carga ideológica de opresión y control.

En estos moldes, la financiación de la vivienda fue determinante para que se hubiera dado esta expansión periférica desmedida sobre todo para sectores medios/bajos, pero dada la lejanía de los centros de trabajo, la falta de servicios y de equipamientos, así como la crisis financiera de 2011, muchas de esas viviendas hoy se encuentran abandonadas.

Esto conduce a nuevas tácticas preocupantes del capitalismo contemporáneo. Tal como mencionó en su momento Milton Friedman

“solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”.

Así, lo que vivimos en la actualidad parece ser una reestructuración del capitalismo, que como mencionó Marx, es un proceso cíclico que conlleva en sí mismo su destrucción total. Es necesaria la paralización de los mercados entrando en un estado crisis para su reestructuración y así un proceso natural de selección, donde los más fuertes son los que sobreviven.

Claramente hoy, frente a la emergencia global, existen distintas premisas que repensar. El llamado desde las autoridades gubernamentales y sobre todo de salud, quienes a su vez han levantado el velo de la cuestión urbana (y la desigualdad inherente a ella, y la necesidad de pensar sobre temas como la movilidad, la densidad de población, los espacios públicos y la agricultura urbana), nos piden que nos mantengamos en casa como la medida más poderosa de control del virus, lo cual ha llevado a un estatus quo de aislamiento, de generación de miedo al otro, de miedo al público y de resignificación de lo público y de lo privado, pero también de la configuración de lo que representa la vivienda para ciertos sectores de la sociedad.

En un país como México (y seguramente en el caso de todos aquellos que han seguido el modelo, como Chile precursor de ello), ¿qué pasa con aquellos que no tienen una casa? ¿qué pasa con un escenario de más de cinco millones de casas abandonadas que se podrían recuperar, para sujetos que no tienen la posibilidad de acceder a crédito, al mismo tiempo que buscar descentralizar los centros de trabajo y de servicios? Claramente esto hace cuestionar los enfoques sectoriales de la planeación (zonificación) y crea la necesidad de pensarlo desde la región, pero también de revisar el papel que la ONU y la OMS han tenido en la configuración de estos modelos y de las formas ideológicas que subyacen en ellos:  hacer vivienda no es hacer ciudad.

FORO FTO 2 FTO 3 FTO 4

Valle de las Palmas- Ciudad Sustentable (Tijuana). Conjunto construido por la empresa corporativa GEO en 2009 entre Tijuana y Tecate, y que en la actualidad se encuentra a la deriva entre las casas que se terminaron de construir y fueron abandonadas y saqueadas, y las que no terminaron de construirse. os que resisten en vivir ahí están sin servicios de agua potable, electricidad, recolección de basura, abastecimiento de víveres y con una única ruta de transporte que conecta con la ciudad.

Fuente: autora

 

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