Regeneración urbana: hacia una perspectiva integral

Por Sofía Parra Repetto*

La crisis social y sanitaria provocada por la pandemia Covid-19 y el camino trazado hacia una nueva constitución política en Chile, ha intensificado el debate público sobre la injusticia espacial que afecta a nuestras ciudades, principalmente a barrios socialmente vulnerados. Estos barrios presentan características de habitabilidad e infraestructura urbana deficientes, como, por ejemplo, escaso confort térmico, problemas de ventilación e iluminación en las viviendas, niveles altos de hacinamiento, problemas de conectividad y accesibilidad a equipamientos y servicios, lo cual desafía al Estado a implementar políticas públicas integrales que busquen revertir esta situación de exclusión social.

En este contexto, la regeneración urbana se ha instalado como una herramienta significativa para solucionar integralmente problemas de desigualdad territorial de la ciudad contemporánea, buscando revertir los problemas de deterioro y obsolescencia física relacionados con la calidad de las viviendas y del espacio público de barrios vulnerables ubicados, en gran parte, en las periferias urbanas (Bustos, 2020; Mareschal et al., 2020).

La regeneración tiene larga trayectoria en Chile. Las transformaciones urbanas implementadas por Vicuña Mackenna en 1872 y la acción higienizadora del Estado por la Ley de Habitaciones Obreras de 1906 constituyeron formas de regeneración (Bustos, 2020). Posteriormente, en los años 80 y 90 ocurre una producción masiva de vivienda social que a mediados de los 90 demostró ser ineficiente, evidenciando falencias asociadas al entorno y condiciones de habitabilidad de las viviendas localizadas preferentemente en las periferias de las ciudades. Sin embargo, a partir del 2006, se empieza a promover una “nueva política habitacional y urbana”, basada en los enfoques de integralidad y equidad territorial, cuyo propósito será mejorar la calidad de vida de los barrios, fomentando la integración y reducción de desigualdades. En este periodo surge el Programa Recuperación de Barrios, el Programa Protección al Patrimonio Familiar (ambos del 2006) y recientemente el Programa Regeneración de Conjuntos Habitacionales del 2017 (Bustos, 2020; Bustos y Castrillo, 2020).

El concepto regeneración tiene un carácter polisémico (Bustos y Castrillo, 2020) ) que se debe, en parte, a la diversidad de contextos culturales y políticos de aplicación, y a la multiplicidad de problemáticas que busca enfrentar desde una óptica multidimensional, puesto que, en los últimos años ha incorporado una visión integral que busca la articulación de múltiples dimensiones (social, económica y medio ambiental), superando la tradicional dimensión física para enfrentar los problemas de injusticia espacial en la ciudad construida (Bustos, 2020; Hernández, 2012 en Ruiz Sánchez et al., 2012; Moya y Díez de Pablo, 2012 en Ruiz Sánchez et al., 2012). En este sentido, se pueden observar experiencias de regeneración que van desde la revitalización económica de áreas patrimoniales degradadas, otras que ponen el acento en la integración social urbana de barrios vulnerables, por intermedio de lógicas participativas y el rescate de la memoria colectiva e identidad local, hasta experiencias que repercuten en la acumulación capitalista de elites, reproduciendo patrones de dominación y agudizando la desigualdad territorial.

Por lo tanto, pese a la existencia de un enfoque teórico comúnmente admitido, no existe consenso sobre el enfoque práctico de cómo implementar la regeneración (Bustos, 2020; Bustos y Castrillo, 2020) . Por otra parte, se ha cuestionado si este proceso considera efectivamente una perspectiva integral (Iraegui, 2015 en Mareschal et al., 2020).

A raíz de lo expuesto, se proponen cinco elementos claves para la implementación de políticas de regeneración urbana integrales. Desde esta perspectiva, la regeneración se concibe como un proceso complejo de transformación multidimensional que debe propender a la superación y reconversión del deterioro físico y social de barrios vulnerados.

  1. Interdisciplinariedad: La realidad social tiene tal nivel de complejidad que las observaciones desde una sola disciplina siempre serán parciales. En este sentido, considerando el enfoque teórico multidimensional de la regeneración, es fundamental promover la colaboración y retroalimentación del conocimiento entre diferentes disciplinas (Brand et.al, 2018).
  2. Diagnóstico situacional: Los procesos diagnósticos en la regeneración deben construirse entre los diversos actores involucrados y no únicamente por especialistas. La realidad (situación) sólo es explicada por los actores que viven en ella (MIDEPLAN, 1994) de allí la importancia de realizar observaciones permanentes y situadas contextualmente.
  3. Participación comunitaria: Para un involucramiento activo de la comunidad local la participación debe ser transversal. Se debe reconocer a la comunidad como sujeto político y con derechos que tiene la capacidad de influir en la toma de decisiones y en los ámbitos de actuación de las políticas de regeneración. Si bien, en los programas propuestos por el MINVU en los últimos años se considera la participación de actores locales, es necesario fortalecer dicha participación.(Mareschal et al., 2020)
  4. Intersectorialidad: La compleja situación de barrios vulnerados, demanda la acción coordinada entre diversos sectores y organismos del Estado, lo cual ha cobrado mayor relevancia con los efectos evidenciados por la pandemia en los barrios vulnerados, asociados con la pérdida de ingresos económicos, retraso de aprendizajes y deserción de niños/as y problemas de salud mental producto de las cuarentas y aislamiento social (Rasse et al., 2020). Así, el carácter multisectorial es un aspecto clave para el buen desarrollo de la gestión de las políticas de regeneración llevadas a cabo (Mareschal et.al., 2020). 
  5. Identidad y memoria colectiva: La acción sociocomunitaria a escala barrial de la regeneración implica, entre otras cosas, respetar y preservar la memoria e identidad de los barrios. La consolidación de un nuevo espacio físico y social, y la proyección de una imagen futura de barrios regenerados, debe sustentarse sobre aquellos elementos históricos e identitarios valorados socialmente por las personas.

Finalmente, ya expuestos algunos elementos claves en la regeneración urbana ¿Qué otros elementos se pueden considerar en una perspectiva integral de la regeneración urbana?

* Trabajadora social, Mg. en trabajo social mención familia PUCV, SERVIU Metropolitano.

 Proyecto de Regeneración “Nueva Francisco Coloane” en la comuna de Puente Alto, año 2021. Autor: Víctor Sepúlveda.

Un comentario sobre “Regeneración urbana: hacia una perspectiva integral

  • el 2 septiembre 2021 a las 14:03
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    Muy interesante, su información, es un tema a solucionar mejorando los tamaños de los espacios hacerlos más grandes

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