Ganadora Segundo Lugar concurso Foto-ensayo 2019: Etnizar Tijuana: festejos y espacialidad migrante

Por Olga Lorenia Urbalejo Castorena*

En una esquina del norte mexicano se localiza Tijuana, frontera con uno de los estados más prósperos norteamericanos, California. Distinguida por ser un polo de atracción de migración interna e internacional, se autoreconoce como una ciudad blanca e innovadora, como si la fisura de su situación geopolítica hubiera borrado un pasado y un presente indígena. Es mediante la migración desde estados mexicanos como Oaxaca, Michoacán y Guerrero que su dinámica sociocultural y el paisaje urbano se etnizan. Los mixtecos –de Guerrero- habitantes de la colonia Valle Verde, reubicados ahí en 1993, restablecieron su sistema cargos y pusieron en práctica una religiosidad étnica mediada por el festejo a San Francisco, su santo patrono, mismo que se inserta en un circuito de celebraciones católicas, que se reconocen como distintivas de su ser indígena. El festejo ubica a la colonia como un centro de la periferia mixteca. La organización del grupo los ha llevado a construir su propio edificio religioso (en un lugar precario en cuanto a infraestructura urbana), conformando un espacio amplio de la fiesta junto con las calles aledañas en donde danzas, música, pirotecnia y procesiones son parte de lo que le da sentido a esta forma particular de habitar Tijuana.

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*Académica Investigadora en el Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Autónoma de Baja California, Tijuana, Baja California, México.

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