Reflexiones desde el deseo, el habitar y la vivienda en propiedad individual
Por Francisco Pino Muñoz, Arquitecto y Magister en Hábitat Residencial de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, U. Chile.
Una manera de comprender el habitar, ese donde los habitantes se relacionan complejamente entre sí y su con entorno, es posible mediante el ejercicio de identificar ciertos órdenes sociales y espaciales existentes, los cuales por lo tanto predisponen la existencia de órdenes del habitar.
En la tesis de magister “El deseo, el habitar y la vivienda en propiedad individual”, desarrollada durante el año 2020, se plantea la idea de que los actuales órdenes del habitar están basados en profundas lógicas de consumo, las cuales se originan y reproducen ferozmente en el actual contexto neoliberal, y que dicha reproducción se realiza mediante la producción de subjetividades. Dicho en otras palabras, los agentes del capitalismo y el neoliberalismo centralizan su accionar en la intervención de los deseos de las y los sujetos, lo que en materia de habitar se expresaría en la producción de los deseos de habitar.
Desde un interés particular, la tesis aborda el fenómeno de los deseos de habitar desde el cuestionamiento al fenómeno hegemónico de la vivienda en propiedad individual que rige en nuestro país y de cómo los integrantes de comités de vivienda producen el deseo de habitar una vivienda en propiedad individual.
La investigación entrega una mirada desde lo particular a lo que es una problemática de envergadura. Si bien durante el desarrollo de la tesis se construyeron diferentes productos, los cuales dan cuenta que los deseos de habitar una vivienda trascienden a la propiedad individual sobre ella, parece relevante, sobre todo en el actual contexto constituyente, compartir breves reflexiones que surgieron desde este estudio y que buscan abrir líneas de discusión en planos políticos, económicos y socioafectivos.
- Los “derechos negados”: la negación histórica y sistemática de derechos básicos construye producciones (y reproducciones) de deseos entre diferentes generaciones, es decir, la producción de sujet@s deseantes está condicionada por los modelos de sociedad. El modelo neoliberal como fase de capitalismo se ha constituido como un productor hegemónico de sujet@s deseante, lo cual nos emplaza a preguntarnos cómo disputar dicha producción de sujet@.
- ¿Y la propiedad individual?: se evidencia que, para las y los integrantes del comité, la propiedad individual sopesada con otros intereses (deseos) no reviste mayor relevancia. La propiedad individual es un elemento de carácter exógeno en relación con las reflexiones individuales y colectivas de las y los vecinos y donde el concepto de “lo propio” emerge como algo diferente a la propiedad. Les dejo dos preguntas para el debate. Primero plantear el ¿por qué y quiénes instalan exógenamente la idea de la propiedad individual? y segundo, ¿si no es propiedad individual, entonces que significa que los habitantes hablen de “lo propio”?
- Hacia otros tipos de tenencias de la propiedad de la vivienda: Y si no es la propiedad individual ¿entonces qué?, se preguntarán. Como se ha podido interpretar, la propiedad individual de la vivienda no es más que una mera relación preestablecida históricamente, por el Estado y el Mercado. En este caso, es imperante establecer la idea de la seguridad de la tenencia de la vivienda concebida como derecho básico de carácter jerárquico por sobre la propiedad. Sin esta garantía es complejo construir un camino hacia una sociedad de bienestar, siendo la propiedad individual la que se posiciona desde un falso sentido de seguridad. Desde otra perspectiva el posicionamiento de otros tipos de tenencia de la propiedad, cómo la colectiva o la estatal, permite abrir paso a una serie de debates respecto la producción de habitar, ya que supone superar una condición individualizante y avanzar hacia una condición colectiva.
- ¿Qué es la casa propia entonces?: la vivienda en propiedad individual será un objeto al cual han posicionado en el acervo social como referente de una serie de deseos, mientras que la casa propia como idea es la representación compleja de la producción de realidades de las habitantes. Desde está lógica no tendría sentido el concepto “casa propia” ya que por definición no significaría aquello, sin embargo, se ha convertido en la forma de expresarlo. “La casa” no hace referencia particularmente a la vivienda, sino que a un lugar donde se pueda habitar multidimensional y escalar, mientras que lo “propia” hace referencia a un lugar de bienestar y seguridad. En otras palabras, la casa propia simplemente representa el habitar en dignidad.
- Habitante popular y el rol del comité como agente de cambio: Una última reflexión tienen relación con comprender a las y los habitantes desde sus profundas complejidades y diferencias, prescindiendo de categorizaciones que las sitúen en periodos históricos, donde las dinámicas subjetivas de las y los habitantes están en constante cambio, pequeños hechos pueden modificar sus comprensiones y por lo tanto se debe estar inserto en el trabajo cotidiano de estos sujetos para ir construyendo un habitar diferente. Por otro lado, se hizo evidente la capacidad de agencia que tiene el comité de vivienda y su trayectoria, tiene un rol fundamental en la producción del deseo de habitar de las habitantes, ya que como se menciona anteriormente prescinden de categorizaciones globales para pasar a comprender el cotidiano de sus integrantes, siendo esto una estratégica profundamente política de transformación de subjetividades. Los comités de vivienda o cualquier otra organización asociada, se convierten en espacios de disputa, donde la impronta política y social que impulse será una determinante en la producción de realidades que las habitantes desarrollen.