Cinco días de cuarentena en un hotel de tránsito

Por Sara Arambarri, estudiante del Magíster en Hábitat Residencial

Este foto-ensayo tiene por objetivo mostrar una experiencia personal en un hotel de tránsito, tras el ingreso a Chile desde un país extranjero de una persona joven, estudiante de un magíster y con una enfermedad digestiva crónica.

Con la intención de cuidar la salud de los ciudadanos que residen en el país y también de los que vienen de fuera, los hoteles de tránsito se venden como un espacio para realizar una cuarentena de forma adecuada durante mínimo cinco días. La experiencia concreta fue en una pieza, donde no había espacio para moverse, donde apenas entraba la luz solar, en la que la única conexión con la humanización era la puerta donde se dejaba la comida, la cual era inadaptable a las necesidades de una persona con EII (Enfermedad Inflamatoria Intestinal).

Estas condiciones hacen dudar del objetivo real de estas estancias, lo cual pareciera ser más cercano a los intereses económicos que a los sanitarios. Un espacio saludable para habitar, incluso en una situación especial como es el caso de una cuarentena, debiera responder a las necesidades básicas de los habitantes como son acceso a luz solar, adecuada ventilación, movilidad, condiciones adecuadas para trabajar, buen descanso, una alimentación equilibrada.

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