Foto-ensayo: Confinamiento
Por María Carreño
Covid-19, la pandemia que nos ha obligado a permanecer en el confinamiento, también ha supuesto un radical cambio en nuestros hábitos, como el lavado de manos mucho mas constante, desinfección de ropa y espacios físicos de forma mas frecuente. Para muchos incluso un agotamiento psicológico, con incertidumbres al contagio y cambios de ánimo debido al estrés causado por el encierro obligatorio. Incluso acciones que solían ser cotidianas como el ir de compras a un mercado, suponen una variación, como el utilizar mascarillas, desinfección de manos, llegar a casa y sentir que no se debe tocar nada hasta efectuar el ritual de descontaminación, que no es solo para el individuo sino que también para las misma compras. El cloro y/o el alcohol se volvieron nuestros compañeros de la cotidianidad. Inclusive socialmente impactó en nuestros hábitos: ese saludo, como dar la mano, o un beso en la mejilla, se ven intercambiados por un saludo distante. Ese fin de semana donde se caminaba por algún parque quizá, o ese almuerzo en casa de algún familiar, es sustituido por algún quehacer en casa o una película.