Foto-ensayo: 8 de Marzo: De vuelta a las calles.
Autoras:
Texto por Bianca Apolinario y Michelle Cáceres Ledesma.
Fotografías por Macarena González y Constanza Trespalacios
El día internacional de la mujer, conocido actualmente como 8M, no ha tenido solo un cambio de nombre, sino que ha logrado consolidar un cambio de paradigma, volviendo a su rol original. Históricamente, la fecha surge representando una lucha social por la equidad de género, lo que fue tergiversado hasta convertirse en una más de las fechas de mercado, considerado durante décadas como un día de celebración marcado por regalos, cenas, flores y saludos para “celebrar la femeneidad”.
Este año, y con más fuerza que nunca, el 8M nuevamente deja en claro que su rol y consigna más profunda es la búsqueda por equidad, justicia, respeto y reparación por los miles de años de consideración de la mujer como una ciudadana de segunda clase.
Una de las consignas que sigue marcando profundamente las marchas y protestas feministas es la denuncia contra la violencia sistemática ejercida contra la mujer en la vida cotidiana, los distintos tipos de abuso, acoso, y la necesidad de tomar conciencia de la relevancia del consentimiento mutuo en todo tipo de ámbitos. Ya lo comentaba de Beauvoir en su famoso texto “El segundo sexo”: “El marido sabe que podría haber elegido otra esposa. El cumplimiento de los “deberes conyugales” no es una gracia, es la ejecución de un contrato.” (1949, pág 545)
Evidentemente, no solo el cónyuge es quien ejerce este tipo de violencia sobre los cuerpos femeninos, y queda en claro la necesidad de visibilizar la represión y objeto de abuso del que somos receptoras en nuestras vidas cotidianas.
A continuación, algunas de las fotografías que marcaron la jornada.