Renovación Zanjón de la aguada: Una labor pendiente
Por Sergio Santana, Licenciado en Arquitectura, UCH.
El zanjón de la Aguada, curso de agua paralelo al río Mapocho, ha sido por décadas vinculado a la marginalidad y al deterioro del territorio existente en el sector sur de la capital. Sin embargo, durante los últimos años una propuesta de renovación ha buscado revertir este escenario otorgándole una nueva imagen al sector. Esta propuesta no ha estado exenta de críticas, las cuales apuntan principalmente a la mala gestión con la que el estado y los privados han desarrollado la propuesta.
Con motivo de la celebración del bicentenario de la república, se propuso durante el gobierno de Ricardo Lagos la propuesta “Anillo Interior de Santiago”, cuya finalidad era recuperar el territorio en deterioro vinculado al ex ferrocarril de cintura. Fue una de las propuestas de renovación urbana más ambiciosas y de mayor escala en los últimos años, sin embargo, con la administración de los posteriores gobiernos el plan fue perdiendo visibilidad, y lo que se propuso en un inicio se fue acotando cada vez más, hasta que finalmente las acciones se concentraron en el tramo sur del anillo interior, en la franja por donde circula el zanjón, debido a que era el territorio menos consolidado de todo el anillo. De esta manera, surgió la propuesta de Parque inundable la Aguada.
La propuesta consta en conducir las aguas lluvias cuando el zanjón es sobrepasado en su capacidad, conduciendo estas al parque donde son retenidas y devueltas al zanjón de manera paulatina. En término generales, el diseño establece sectores de áreas verdes, de equipamiento deportivo, una laguna permanente y ciclovías, beneficiando así directamente a las comunas de San Joaquín, San Miguel y Pedro Aguirre Cerda. El parque está concebido en cinco etapas y comenzó su ejecución en diciembre de 2010. Actualmente (diciembre de 2016) está concluida la etapa 1, y la etapa 2 se encuentra en ejecución (próxima a inaugurarse durante el primer semestre de 2017). Las etapas finales se proyectan para 2020.
La polémica surgió posterior a la inauguración del primer tramo (comprendido entre Gran Avenida y San Francisco), evento que se desarrolló el día 6 de marzo de 2014 (cinco días antes del término del gobierno de Sebastián Piñera). En dicha ocasión, los vecinos de San Joaquín y San Miguel organizaron una manifestación expresando su disconformidad con el estado del parque, el cual estaba compuesto principalmente de maicillo y hormigón, sin zonas sombreadas ni mobiliario, distando mucho de lo que a ellos se les presentó en un inicio, en donde se prometió recuperar el territorio y transformarlo en un “nuevo pulmón verde para Santiago”.
Finalmente, las autoridades tomaron la opción de “readecuar el paisajismo” y cerrar el tramo inaugurado, para reinaugurarlo al mismo tiempo que el tramo dos.
¿Cuál fue la cadena de hechos que desembocaron en que se tuvieran que reinvertir fondos públicos en el diseño?
Cabe mencionar que la entidad a cargo de la propuesta es el MINVU. Sin embargo, por ser un proyecto que incluía el tratamiento de aguas lluvias, se delegó su ejecución al MOP para que se integrara al Plan de Aguas Lluvias de Santiago. De esta forma, la ejecución de la propuesta quedó en manos de la Dirección de Obras Hidráulicas y el diseño estuvo a cargo de la empresa española de ingeniería CYGSA, misma empresa a cargo del diseño del puente CAU-CAU, e involucrada en el caso MOP-GATE.
Una vez más, el estado asume una lógica reparatista, destinando grandes sumas de dinero para revertir falencias en propuestas que no se realizaron de la manera adecuada desde un inicio (como es el caso también de la rehabilitación de Bajos de Mena), donde se evidencia aún más la necesidad de que existan entidades autónomas que concentren las acciones a desarrollar con respecto a una propuesta de renovación urbana. La multiplicidad de actores involucrados en la ejecución de propuestas de esta escala hace imposible una correcta coordinación tanto de los intereses locales, como de las autoridades.
En el caso del Parque Inundable La Aguada (rebautizado por los vecinos como Parque Intercomunal Víctor Jara), el enfoque principal fue el carácter hidráulico de la propuesta, siendo para la DOH un proyecto de infraestructura, no un parque intercomunal. Fue solo debido a la reacción de los vecinos que se decidió adjudicar a la oficina de arquitectos GUIXÉ la adecuación del paisajismo del parque, dotándolo de más mobiliario y arbolado.
Propuestas urbanas de gran escala (como el plan “Anillo interior de Santiago” y el “Portal Bicentenario” de Cerrillos) requieren de una permanente evaluación y revisión. Bajo el contexto político actual, con respecto a la transformación del territorio, se hace imposible llevar a cabo proyectos urbanos de esta escala, debido a que no existen garantías con respecto a la continuidad de estos planes cuando no se enmarcan dentro de las metas de un gobierno de cuatro años. A esto hay que sumar que la estructura institucional no garantiza una correcta organización de todas las entidades que se vinculan al plan.
Si bien la propuesta de Parque Inundable se encuentra en una etapa en que se intenta revertir las falencias iniciales, no existe claridad con respecto a si este será un proceso exitoso o no. Urge que los distintos instrumentos de planificación locales sean capaces de articularse y viabilizar el desarrollo de propuestas urbanas de gran escala. ¿Seguiremos manteniendo una lógica “reparatista” en la cual se tengan que invertir fondos tanto en la ejecución, como en la reparación de los errores iniciales? En errores muchas veces vinculados a los métodos empleados por privados para ejecutar una propuesta, como fue el caso presentado ¿hace falta mayor fiscalización estatal o propuestas ejecutadas íntegramente por el Estado?
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Habría sido bueno que además de un correcto historial de hechos hasta que se presentó el proyecto de adecuación, hubieses visto el proyecto actual y hablaras un poco más del desarrollo del diseño, como ha tomado las consultas y deseos de las municipalidades y vecinos involucrados. Pudiste investigar un poco como en la práctica se lleva a cabo un proyecto que al tener una escala intercomunal con un carácter principalmente hidráulico tiene que responder a distintas situaciones como el diseño vial, metro, proyectos comunales, manejo con los vecinos tanto para informar, educar, recibir inquietudes y propuestas o lidiar con los problemas delincuenciales, poca actualización de redes eléctricas, sanitarias, paisajísticas, arqueológicas etc. con una información que tiene que ser constantemente corroborada.
Por otro lado, si tienes en cuenta los tiempos de entrega que tiene la totalidad del parque, suena un poco mal intencionado decir “una labor pendiente” cuando está en pleno proceso de ejecución.
Estimado Oscar.
Con respecto al diseño actual al que haces mención y a los métodos que se están utilizando para recoger las consultas ciudadanas (aspectos que sí fueron consultados, especificamente con gente de GUIXÉ, dos concejales de San Miguel y vecinos del sector) estos coicidieron en que en un inicio no fue un proceso muy prolijo, y que al recibir de manera directa las inquietudes de los municipios, están surgiendo diferentes elementos aislados que estarían fragmentando la propuesta (Murales, skatepark, esculturas, etc que no se vinculan directamente entre sí).
Sin embargo, como menciono en la columna, es valioso que se estén revirtiendo las falencias iniciales y se estén desarrollando métodos más complejos que los que se plantearon inicialmente. Métodos que no son mencionados debido a que el enfoque de esta columna es hacer enfasis en la complejidad que existe para desarrollar proyectos urbanos de gran escala (como el caso del plan Anillo interior) bajo la estructura institucional actual, no ahondar en la readecuación del parque, situación que no habría sido necesaria de haberse planificado correctamente desde un inicio.
Saludos.
Sergio S.