Transantiago: ¿Qué pasó con la ciudad?
Paola Jirón (1)
La ciudad de Santiago requería con urgencia un sistema de transporte que fuese eficiente, organizado, limpio, seguro y capaz de responder a las necesidades de movilidad cotidiana de su población. Sin embargo, al no comprender y sobre todo ignorar las necesidades de movilidad de la población en su formulación, lo que ha logrado el Transantiago es un caos sin precedente que experimentan diariamente los habitantes de la capital. Las razones de esta deficiencia son variadas, incluyen la manera de entender la movilidad, las formas en que se analiza la ciudad, la forma como se realiza la planificación urbana en Chile y el error en pensar que la ciudad se puede modelar y que las personas deben ajustar sus practicas cotidianas a un modelo ajeno a su realidad.
La introducción de cualquier sistema que cambia radicalmente la manera que estamos acostumbrados a comportarnos provoca dificultades, el Transantiago no tenía por qué ser distinto. Las dificultades eran de prever y se referían al costo social que pocas veces se incorpora en el análisis de la introducción de nuevos sistemas, e incluye el costo de llegar tarde al trabajo, de no saber cómo funcionan los recorridos, la inexperiencia de los chóferes, la dificultad de adaptación de los operadores, el intento de orden de la policía, entre otros, un costo que por lo visto se seguirá incurriendo durante muchos meses más. Es por esto que no deberían sorprender las respuestas iniciales de los usuarios del transporte público capitalino, las cuales forman parte de las resistencias que las personas, afortunadamente, aun manifiestan al imponerse cambios forzosos en su rutina. Digo afortunadamente, porque esto refleja que no somos un pueblo netamente pasivo, sumiso, que recibe sin cuestionamiento todo lo que se le impone. Y en ese sentido es positivo que las personas respondan, se quejen y manifiesten malestar sobre modificaciones violentas y perjudiciales en el quehacer cotidiano.
Lo que no es tan positivo, es la forma en que este revolucionario sistema fue pensado, diagnosticado, desarrollado, y posteriormente implementado, al margen de la opinión de muchos, completamente fuera de una visión de ciudad necesaria para este tipo de intervenciones y lejana de entender cómo usan la ciudad sus millones de habitantes de la ciudad. La movilidad se refiere a las prácticas sociales de moverse a través del tiempo y espacio, es decir la forma en que las personas se relacionan socialmente al cambio de lugar. Esto implica que es más que el acto de moverse de un punto a otro, e implica entender la forma en que la gente se mueve, la experiencia que significa, cómo realizan sus viajes, cómo es la experiencia de desplazarse, por qué la realizan de esa forma, que implicancias tiene en su cotidianidad. Saber el origen y destino y los miles de flujos de la ciudad es fundamental para comprender la movilidad, pero esto debe ser complementado por análisis que logren entender la relación entre cómo vive la gente y su hábitat residencial, su entorno mayor, las tiendas donde compra, el doctor donde va a control, el colegio de los niños, la forma en que se desplaza por la ciudad. Todo eso es relevante y es en base a esto que se debiera formular un sistema que intente mejorar la movilidad. La idea no es tener el mejor sistema del mundo, sino el mejor sistema para Santiago.
La experiencia de tomar una micro, de andar en metro, de caminar o andar bicicleta es importante, algunas veces esta es positiva, otras mas negativa. Una mujer que admira la Cordillera desde el Metro en invierno, las dificultades de los jóvenes cuando toman micro, la abuelita que no ve bien los letreros, el trabajador que utiliza el tiempo en la micro para hacer amigos, o la señora que tiene que cruzar toda la ciudad para llegar a su trabajo y su patrona igual le dice que se levante más temprano, el momento de reflexión que implica para muchos esa hora en que se desplazan. Todo eso es relevante y el tiempo de viaje no es necesariamente tiempo muerto. La idea de homogeneizar la forma como se comporta la gente, imponiendo un modelo que puede verse bien en la pantalla del computador, no necesariamente concuerda con nuestra realidad. Y es esa realidad de movilidad que no esta incorporada.
Al entender las implicancias de moverse, es difícil de entender cómo la discusión para desarrollar el Transantiago pudo haberse tenido de una forma cerrada, en una sociedad democrática. Es difícil de entender cómo algo que tendría un impacto tan profundo en la vida de las personas, no fuese discutido ampliamente en todos los círculos sociales. Es evidente que hay temas técnicos sobre el transporte que son difíciles de traducir al lenguaje popular, pero son precisamente este tipo de discusiones las que son fundamentales de democratizar, y poder hacer accesible a las personas en el contexto de discutir la ciudad que se desea. Es impensable que a casi dos meses de la implementación del sistema, solo ahora se esté consultando a los alcaldes de las comunas con mayores problemas sobre la forma en que se movilizan sus habitantes, algún día se le preguntará directamente a las personas.
Y en este sentido, es sorprendente la pasividad, quizás ausencia, y sobretodo desentendimiento por parte de la planificación urbana, cuya función se hace cada vez más necesaria en la construcción de la ciudad. Debido a la forma como nuestras sociedades han ido cambiando, la planificación urbana debiera ser un puente entre lo que existe y lo que se desea, debiera ser capaz de comprender los fenómenos urbanos, darlos a entender con el fin de mejorar el funcionamiento y la orientación de la ciudad. Es asombroso que un tema tan sensible como el transporte urbano y es una de las partes fundamentales del funcionamiento de la ciudad, no haya sido elaborado en conjunto con, además de la ciudadanía, las personas que piensan, organizan, y deciden sobre lo que sucede en la ciudad.
El caos que está experimentando la ciudad de Santiago en estos días se arreglará, se ajustará eventualmente, con o sin Transantiago. Lo más probable es que no volvamos a la situación anterior y que con el esfuerzo de todos el sistema sea una mejora en la forma de desplazarse en la ciudad. En el mejor de los casos, lo que se generará, es que el sistema de trasporte se vaya arreglando con el tiempo, como dicen los expertos, en 6 meses o un año o dos y seguramente entonces los recorridos estarán más ajustados, la idiosincrasia chilena adaptará los modos de pago, con o sin tarjeta, los paraderos se amoldaran, con o sin fila para subir al bus. Seguramente seguirá siendo un modelo reproducible a nivel internacional, especialmente por ser un sistema de transporte público sin subsidio, aunque no funcione. Sin embargo, al no saber qué ciudad queremos ni hacia donde vamos, al entender el sistema de transporte como otro bien que se transa en el mercado, lo que se generará indudablemente es mayor desigualdad a la que tenemos hoy en la ciudad de Santiago.
Se tuvo la oportunidad única de romper con patrones de desigualdad que caracterizaban a la ciudad de Santiago de lograr que las personas tuvieran mayor acceso y mejores puntos de encuentro. Sin embargo, lo que se vislumbra es una agudización mayor. Las personas con capacidad de pago tenderán a abandonar el transporte público, al encontrarse suficientemente cerca de las fuentes de empleo podrán caminar o tomar taxi, o tendrán los medios para pagar autos, estacionamientos, peajes y hasta un eventual cobro por congestión. La gente se agrupar
Hola Paola Jirón:
Me presento, soy Adolfo López,arquitecto y te quiero comentar lo siguiente:
A raíz de lo leído en tu comentario, me parece interesante el término y fenómeno de democratización que planteas,
en este caso a través del transantiago. Espero que mi pregunta aclare en algo el siguiente debate.
Ya que pienso que el término democratización es muy amplio,y es mal entendido. El transantiago debió ser implementado gradualmente, y según los requerimientos por cada comuna o sector del Gran Santiago. Hay que entender tb. que los Santiaguinos son personas muy, pero muy especiales en su forma de pensar, son complejos, pero tb. sufren fuertemente de trancas sociales, que los hace inestables frente a cambios dráticos en sus costumbres.
La pregunta es la siguiente:
¿A que te refieres con la idea de democratizar el sistema de transportes?.Pienso que anteriormente lo era aún más. La ciudad se privatizó. Y la planificación del transantiago no pensó en otras variables de aplicación, como la vivienda(el alojamiento-el dormitorio), la recreación, el ocio, el trabajo y la educación. Variables fundantes
para ciudades modernas. Por eso insisto que se privatizó el centro de la ciudad, el futuro del metro y otras líneas ramalidades,es una neoliberalidad de los medios de transportes con lo mínimo, no es solo un problema de copiar modelos externalizados, sino más bien la falta de entendimiento de las geografías de lugaridad, que
provocará el exodo y alejamiento
de los más pobres del centro a la periferia. En otras palabras el centro será una vitrina para mirar y no tocar para los más pobres. Te imaginas que acarreará ese tipo de ciudad. Pienso que es algo que se hechó a rodar y no parará.
Entonces ¿Por qué no se pensó en qué el transantiago debió nacer como un puente desde las zonas que se supone dentro de la ciudad, fuesen las más beneficiadas?. Además, ¿se tiene claro, que este problema afectará tb. a otros programas estatales, como por ejemplo temas vinculados a la vivienda, la generación de nuevos empleos?.
La teoría y copia de modelos está,debiesen declarse las fuentes,
pero la imprecisión de entender Lugares donde implementar y reestructurar identidades es lo faltante.
Y las soluciones novedosas no sirven, no cumplen con el propósito primero de tener un sistema de transportes de calidad.
Transantiago v/s Metro…incompatibles desde el punto de vista financiero. Quizás la solución sean las dobles pistas, pero ellas alejan más a la gente. Santiago se está transformando en una ciudad vacía en términos administrativos_sociales.
Y porque no establecer un red de ciudades sobre la mobilidad en latina america. Aqui donde estoy en Guadalajara, Mexico, los movimientos sociales son muy fuertes desde unos meses para promover un plan maestro de la mobilidad al nivel metropolitano. La mobilisacion ciudadania es importante sobre este tema.
marcela .pienso que el plan de transporte no es malo es bueno,es limpio ,sin radios ,sin asaltos,a los choferes y nosotros siendo testigos de tanta crueldad hacia ellos ,gracias a dios todo cambio pero esto es para gente con educacion ,gente de mejor clase social que agradece todo lo que he escrito,no para barrios marginales donde al chofer se le habla con choresa porque no paro donde ellos deseaban,vivo en la pintana y agradesco a mi presidenta lo que ha hecho .
marcela .pienso que el plan de transporte no es malo es bueno,es limpio ,sin radios ,sin asaltos,a los choferes y nosotros siendo testigos de tanta crueldad hacia ellos ,gracias a dios todo cambio pero esto es para gente con educacion ,gente de mejor clase social que agradece todo lo que he escrito,no para barrios marginales donde al chofer se le habla con choresa porque no paro donde ellos deseaban,vivo en la pintana y agradesco a mi presidenta lo que ha hecho .