Fiesta de La Tirana, cómo la gente y sus rituales se adaptaron
Por Paula González y Juan Cruz.
En la región de Tarapacá, norte de Chile, cada 16 de julio se celebra a la Virgen Del Carmen y su población, creyentes o no, viven este suceso ya arraigado como tradición.
Normalmente estas celebraciones giran en torno a familias completas que “pagan mandas” a la virgen a través de bailes característicos concentrados en el poblado de La Tirana, movilizando a muchísimas personas hacia esta pequeña localidad. Actualmente, se acumulan dos 16 de julio en que el fervor y devoción de los tarapaqueños y visitantes no inundan los terrosos caminos de La Tirana, anteponiendo la salud de las personas.
Como respuesta a esta situación, que en principio parece desfavorable, emergen una serie de fenómenos que de manera espontánea se replicaron en muchos hogares de la región, por ejemplo esperando la víspera con altares que construyen un espacio de ritualidad en la intimidad de cada familia, la decoración de las fachadas o lo sucedido en la víspera, donde muchos lanzaron fuegos artificiales, iluminando la noche y uniéndose en este acto, todos los fieles que por unos momentos transformaron el color de la ciudad y fueron multitud sin estar cerca.