Foto-ensayo: La última vivienda
Por Mariel Rojas, Nicolás Carrasco, Diego Ortiz, Isabel Alt*
Desde tiempos remotos el ritual de la muerte ha estado impregnado de referencias y signos propios de la identidad cultural de las comunidades. En ella, la figura del cementerio local se levanta como una de las imágenes simbólicas más potentes para comprender patrones de desarrollo urbano y problemas socio-espaciales históricos que se han traspasado de generación en generación.
Hoy, en tiempos de COVID-19 estamos obligados a pensar en la muerte como un acontecimiento mucho más cotidiano, sobre el cual distintas culturas han tenido que adaptarse bruscamente, y que además nos ha dejado en evidencia que, las desigualdades sociales existentes en la ciudad se despliegan de manera analógica y siguiendo los mismos patrones de segregación en los cementerios y ritos de muerte.
La última vivienda de los seres humanos, está así imbuida de condicionantes socioeconómicas que definen donde toca morir, qué tipo de ritual se despliega y, sobre todo, qué sector y tipología constructiva le corresponde a cada familia. Tal como en la ciudad, entre subsidios, guetos verticales, barrios cerrados y mansiones, los grupos socioeconómicos se ordenan en el “campo santo” haciendo eco de la realidad que definieron para ellos hasta el fin de sus días.
Nota:
La información graficada es el resultado del cruce de datos las siguientes fuentes:
1. Mapa de distribución de grupos socioeconómicos del AMS (Fundación Vivienda)
2. Mapa de distribución de áreas verdes en el AMS (Centro de políticas públicas UC)
3. Costos estimados de sepulturas por sector en el Cementerio General de Santiago, según Seminario de Investigación FAU: Rojas H. Mariel (2015) Construcción de lugar en el Cementerio General de Santiago. Departamento de Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.
La fuente de las imágenes se indica en cada una de ellas.
Arquitectos Universidad de Chile / Utópica arquitectos*