Declaratoria de Zona Típica Villa Olímpica

Por Miguel Lawner

El 29 de Septiembre de este año, el Consejo de Monumentos Nacionales declaró la Villa Olímpica como zona típica.

Este acuerdo es un reconocimiento a las políticas de vivienda social  impulsadas en  Chile durante los 20 años que mediaron entre la creación de la CORVI (Corporación de la Vivienda) en 1953 hasta el golpe militar. Es un período en el cual la producción de viviendas sociales fue concebida como un bien de uso y no como una mercancía. La distinción conferida por el CMN, también es un premio a la tenacidad de la Junta de Vecinos de la Villa Olímpica, que impulsó incansablemente el mencionado acuerdo.

Al fundamentar esta decisión, Ángel Cabeza, Director del DIBAM manifestó lo siguiente: “es uno de los ejemplos notorios en Santiago de cómo se logró hacer ciudad planificada, de bloques integrados, pasajes internos, con parques y plazas y por lo tanto se generó una situación muy novedosa de comunidad con una arquitectura moderna”

Son numerosos los conjuntos habitacionales igualmente ilustres levantados bajo la conducción del Estado durante esos años  a lo largo de nuestro territorio. Mencionemos  Salar del Carmen (Antofagasta 1959); Abate Molina (Talca 1960); Fitz Roy (Punta Arenas 1961); Lord Cochrane (Recreo Alto 1962); Villa Frei (Ñuñoa 1964); Remodelación Paicaví (Concepción 1965); Parque Koke (Rancagua 1966); Remodelación San Borja (Santiago1970); Parque Inés de Suárez (Providencia 1971); Tupac Amaru (Recoleta 1972). A lo cual debemos añadir la obra impulsada por las Empart durante el gobierno de Ibáñez (1952-1958), tales como Villa Portales y el conjunto habitacional Matta-Viel.

Todos ellos son conjuntos habitacionales que contribuyeron a la integración social, situados en buenos suelos urbanos, provistos de los necesarios equipamientos y adecuados espacios comunes, inspirados en los principios de la Unidad Vecinal, que gobernaron la práctica de la arquitectura a partir del fin de la segunda guerra mundial.

La Villa Olímpica  fue el resultado de un concurso de arquitectura convocado por la CORVI en 1959, adjudicado ex-aequo a dos oficinas de arquitectura: TAU (Taller de Arquitectura y Urbanismo), integrado por los hermanos Julio y Gonzalo Mardones Restat, Sergio González Espinoza, Jorge Poblete y Pedro Iribarne y la oficina de Pablo Hegedus, Rodolfo Bravo y Ricardo Carvallo.

El jurado adoptó este acuerdo premiando el ordenamiento urbano propuesto por TAU y el tipo de vivienda desarrollado por la oficina de Pablo Hegedus.

El conjunto consta de 2.600 viviendas en bloques de 4 pisos de altura que cubren una superficie de  28 hectáreas. Ninguna vía vehicular cruza la población y un circuito peatonal conecta todos los vecindarios. Cuenta con un completo equipamiento incluyendo un supermercado y otros comercios menores, colegio, iglesia, centro social y canchas deportivas. El conjunto se  agrupa en vecindarios, cada uno de los cuales comprende alrededor de  300 departamentos que cuentan con sus propios jardines y juegos infantiles.

La tipología habitacional es muy variada, teniendo presente la diferente composición familiar de esos años. Hay departamentos de dos, tres y cuatro dormitorios.

En el corazón del conjunto, se alza una torre habitacional de 12 pisos, levantada como un hito urbano. Por primera vez en Chile, se concibió un edificio de vivienda social en esa altura.

Algunos bloques de vivienda experimentaron daños a raíz de los terremotos de 1985 y 2010, pero es tal el aprecio y la identidad de los damnificados con su población, que nadie se movió del lugar, alojando  en carpas junto a sus hogares o en departamentos de vecinos hasta lograr la reparación de sus inmuebles.

La fuerza de la organización vecinal ha sido otro factor favorable a la cohesión social, factor fundamental en la declaratoria de zona típica.

Este año la Junta de Vecinos se anotó  otra victoria. Tras el golpe militar, la FACH se apropió de uno de los bloques habitacionales, justamente uno de los dañados por el sismo del 2010. La FACH lo desalojó y lo mantuvo en el abandono hasta este año, habiendo efectuado varias tentativas por enajenarlo, pero la organización vecinal impidió su venta, argumentando que el bloque debía destinarse a familias de allegados residentes en la población. Finalmente la FACH cedió y este año, lo entregó al Ministerio de Bienes Nacionales, que lo transfirió al Serviu Metropolitano para su adjudicación a familias allegadas en la población, que cumplen con los requisitos exigidos por el MINVU para optar a una vivienda.

La declaración de la Villa Olímpica como zona típica nos lleva a insistir una vez más en la necesidad de rectificar la institucionalidad y sistema de financiamiento para la vivienda, establecidos por los Chicago Boys en 1976 y que se mantienen vigentes hasta ahora, con muy leves rectificaciones.

Como consecuencia de estos cambios radicales, el Estado cesó se conducir la producción de viviendas sociales, transfiriendo esta responsabilidad a la iniciativa privada. En el período entre 1984 y 2000, el Estado promovió un parque de viviendas sociales verdaderamente desechable. Se construyeron 180.000 unidades habitacionales en altura, con departamentos cuya superficie fluctúa alrededor de los 40 m2. agrupados en condominios de alta densidad, emplazados en zonas periféricas, carentes de equipamientos comerciales, educacionales y de salud; desprovistos áreas verdes, jardines infantiles o espacios comunes y alejados de las redes de la locomoción colectiva. Se trata de verdaderos bolsones de miseria, propicios para constituirse en focos de la delincuencia.

Hasta la fecha ha sido necesario demoler decenas de bloques en conjuntos como Benjamín Vicuña Mackenna en Rancagua, Quilicura, Bajos de Mena y otros como La Viñita en Cerro Navia que fue demolido en su totalidad.

Bajo la administración del primer gobierno de Michelle Bachelet, se creó en 2006 el programa Fondo Solidario de Vivienda, que exigió estándares constructivos de mayor calidad, e  incrementó los financiamientos y las superficies mínimas a los proyectos de vivienda social.

En los últimos 10 años, ha mejorado la calidad de la vivienda social, pero continua localizada en zonas periféricas de las ciudades, acentuando el grave  proceso de segregación social existente en Chile.

No logro entender las causas por la cuales  el actual gobierno, que asumió en el marco de un programa de importantes reformas estructurales, insista en abdicar  del rol conductor del Estado en materias de vivienda y desarrollo urbano.

La distinción otorgada a la Villa Olímpica es una demostración categórica de las diferencias entre una política orientada al beneficio de los usuarios y otra incentivando el lucro.

Expreso mi reconocimiento a las autoridades que impulsaron  ayer la realización de un conjunto habitacional que nos enorgullece con justa razón. Hago extensivo este reconocimiento,  a los colegas autores de un proyecto de arquitectura ejemplar…


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